Conceptos Erróneos: Arañas

Las arañas son animales muy malentendidos. Aplastadas, indiscriminadamente, o por simple miedo, con cualquier objeto al alcance una vez avistadas. Y es que hoy en día mucha gente sufre de aracnofobia y no lo piensan dos veces antes de matar a estos animalitos. Hoy, en esta edición de “El Frente”, listaremos los malentendidos más comunes sobre las arañas.

1. “¿Oye, y no te pican?” Esta es una de las preguntas que más me hacen cuando tengo alguna araña en mi mano. Hay una diferencia entre morder y picar. Y es muy confundida a la hora de emplearse. No solo aplica para arañas sino para artrópodos en general. Pero cuando se trata de arañas, siempre se maneja la palabra “mordedura” en lugar de picadura. Sin embargo, existe una excepción. ​

2. “No es venenosa, descuida” Sí es venenosa. Toda araña es venenosa puesto que no poseen otra adaptación útil para matar a sus presas. Claro, la telaraña ayuda a inmovilizar pero hasta ahí. Pero descuida, la mayoría de las arañas muerden raramente o le es imposible mordernos a nosotros.

3. “Son los insectos que más odio” …No-uh, las arañas no son insectos. La próxima vez que veas una cucaracha, observa que posee seis patas y dos antenas. No sé si alguno de ustedes recuerda que las arañas tienen ocho patas y tampoco si han notado que no tienen antenas pero así es. Según su taxonomía (clasificación científica para administrar genéticamente según su cercanía), las arañas son lo que se conocen como ‘arácnidos’, que estoy seguro que es una palabra que has escuchado en algún momento de tu vida. ¿Recuerdas al alacrán? Él también es un arácnido.

4. “Las patonas son las más venenosas, pero no te pueden morder” Bien, esas patonas se llaman fólcidos. El veneno que emplean es de muy baja toxicidad y es apenas más que suficiente para paralizar y matar a las presas que a menudo consumen. Y estas son, animales de tan solo milímetros de longitud, mientras que nosotros, en comparación, somos de dimensiones colosales. La mordedura de un fólcido es rara vez documentada, pues por fin, algo de este concepto erróneo es verídico; los colmillos de los fólcidos son demasiado pequeños para penetrar la piel humana e inyectar veneno.

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